Es la patología provocada por el Parvovirus canino CPV2a o CPV2b, que invade y destruye las células con alto índice de división del organismo. El virus se transmite vía oro-fecal, se replica inicialmente en el tejido linfático de la orofaringe, nódulos mesentéricos linfoides y timo. Posteriormente se disemina a los ganglios del intestino delgado y a las criptas del epitelio intestinal.
Sintomatología
La sintomatología varía en función de la edad del animal y del tipo de células que presenta un crecimiento más rápido en el momento de la infección. En animales adultos y en cachorros de más de 2 a 4 semanas de edad, se produce una invasión de las células de las criptas intestinales y la posterior destrucción de las vellosidades. Esto provoca una diarrea hemorrágica que puede ir acompañada de vómitos, deshidratación, fiebre, anorexia, depresión y dolor abdominal. Los animales con una flora intestinal inestable tienen un grado de mitosis más elevado en las células intestinales y se ven más afectados. Puede producirse también una invasión de las células de la médula ósea y tejido linfático, derivando el proceso hacia una linfocitolisis y un shock séptico. En animales menores de 2 a 4 semanas, se produce una invasión de las células del miocardio que puede provocar una cardiomiopatía de desenlace fatal.
Debe realizarse un diagnóstico diferencial preciso para reconocer otras patologías que también pueden cursar con diarreas hemorrágicas y que en ocasiones están infradiagnosticadas, como las parasitosis internas (Coccidios, Giardias), otros procesos víricos (Moquillo, Rotavirus, Coronavirus), bacteriosis (Campilobacter, Salmonella), gastroenteritis hemorrágica idiopática, tumores, invaginaciones, cuerpos extraños, etc.
El Coronavirus canino tiene una importancia especial en el diagnóstico diferencial, puesto que invade y destruye las células maduras de las vellosidades entéricas. Es menos patógeno que el Parvovirus, pero cuando se combina con éste, el cuadro entérico se hace más agudo y de pronóstico reservado.
Interpretación de los análisis
Pruebas Generales
- Examen coprológico:
Para detectar parásitos internos causantes de la gastroenteritis o exacerbantes de la misma. - Hemograma:
El hematocrito puede estar elevado debido a la deshidratación, pero a lo largo del proceso, suele detectarse anemia y panleucopenia con una duración de 3 a 6 días post- infección ( en ocasiones se observa tan sólo de 24 a 48 horas). Esta panleucopenia deriva a veces hacia una linfocitosis reactiva. - Bioquímica y Proteinograma:
La bioquímica sanguínea y el proteinograma ayudan a valorar el estado general del animal. Es importante vigilar los descensos de proteínas totales en cachorros.
Pruebas Específicas
- Detección de Parvovirus en heces:
La excreción fecal del virus se inicia alrededor de los 2 días post-infección, con un pico máximo alrededor del sexto día y un descenso entre los días 10 y 14, llegando a valores no detectables. Las muestras que proporcionan un resultado más fiable, son las recogidas entre el primer y el tercer día desde el inicio de la sintomatología. En algunos casos, la excreción viral cursa de forma intermitente y durante un mayor periodo de tiempo. Ocasionalmente, la formación de inmunocomplejos a nivel del intestino, hace disminuir la excreción viral a niveles no detectables, dando lugar a falsos negativos.
Tras la vacunación existe un periodo de excreción vírica que oscila entre los 3 y 7 días (hasta 14 días según algunos autores). - Determinación de anticuerpos en sangre:
Niveles altos son indicativos de enfermedad en animales no vacunados y de buena protección en animales vacunados. Si se detectan niveles bajos en controles de vacunación, se debe revacunar. Los Ac aparecen aproximadamente a partir de los 3 días de la vacunación o de la infección. Los títulos máximos se obtienen entre la tercera y cuarta semana.
Medidas sanitarias
Para inactivar el Parvovirus canino puede utilizarse lejía comercial (1:30) durante aproximadamente una hora o formol. Otros productos no son eficaces. El virus puede persistir en el medio ambiente (jaulas, ropa, etc.) durante más de cinco meses.
Profilaxis
Vacunación. Deben tenerse en cuenta los niveles de Ac maternales de los cachorros. Algunas vacunas vivas atenuadas, pueden provocar una linfopenia transitoria en la fase inicial de respuesta inmune activa, pero no inmunosupresión. La coincidencia de los periodos de incubación y de seroconversión, anula la posibilidad de inmunizar animales recién expuestos al virus.
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